Existen diversos estudios que han relacionado la diabetes mellitus tipo 2 (DMT2) con la aparición de Alzheimer, lo que se ha llamado DMT3. La idea inicial era que un mecanismos enzimático que degrada el exceso de insulina que se produce en la DMT2, también estaría relacionado con el procesamiento aberrante y depósito de beta-amiloide en el cerebro de estas personas. De esta forma, la persona con DMT2, sobre todo aquellos con un control pobre de su diabetes, tendrían una mayor predisposición a desarrollar Alzheimer con el tiempo. Incluso se hablaba de la posibilidad de una epidemia de Alzheimer en los próximos años debido al aumento constante de DMT2 en la población mundial.
Ahora se publica un nuevo trabajo que apoya esta hipótesis de la DMT3. En este estudio, los autores encuentran que, al contrario de lo que se pensaba, las personas con altos niveles de glucosa en sangre, fundamentalmente derivados de una DMT2 y obesidad, tiene menores niveles de glucosa en el cerebro. Ya que el cerebro usa la glucosa como casi único nutriente, su déficit hace que esa persona continue comiendo, ya que no se produce el mecanismo normal de freno del hambre cuando la glucosa en el cerebro aumenta, por ejemplo, después de comer.
En consecuencia, hay una mayor propensión a la obesidad y a la DMT2, estableciéndose un círculo vicioso con un déficit metabólico crónico cerebral y mayor obesidad. El mecanismo fisiopatológico de esta situación parece depender de la inhibición de los transportadores de glucosa que meten este nutriente desde la sangre a través de la barrera hemato-encefálica al cerebro.

Por tanto, hay que hacer nuevamente hincapié en la importancia del control de la salud, desde los primeros años de vida y, de manera significativa, a partir de los 40 años de edad cuando, por déficit de ejercicio, exceso de ingesta y/o mala alimentación, vamos favoreciendo el desarrollo de obesidad y DMT2.
Si a estos mecanismos fisiopatológicos sumamos que con la edad se va produciendo un proceso de cronodisrupción, que conlleva la alteración de la producción nocturna de melatonina, lo que a su vez está directamente relacionada con la aparición de obesidad y DMT2, tenemos los ingredientes completos para desencadenar un proceso neurodegenerativo futuro.
De nosotros depende evitarlo. Como siempre, un buen chequeo médico de nuestro sistema generador de ritmos circadianos o reloj biológico, fundamental para nuestro estado de salud