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La Melatonina y COVID-19

Los coronavirus afectan al tracto respiratorio humano, dando lugar a infecciones más o menos graves. Hasta hora, diversos virus incluyendo el coronavirus del SARS-CoV y el MERS-CoV, han provocado epidemias globales; sin embargo el coronavirus actual SARS-CoV-2, que provoca la enfermedad COVID-19 (enfermedad del coronavirus de 2019), muestra una mayor capacidad de transmisión, menor contención, y se ha distribuido por una gran cantidad de países hasta la fecha, que van aumentando cada día.

Lo que hace más peligroso al virus actual no es su capacidad de infectar, si no su transmisión. Se calcula que puede infectarse hasta un 80% de la población total, pero solo una pequeña proporción presenta síntomas importantes, que son los que tienen que ser ingresados en el hospital. La población asintomática e infectada es el principal problema, ya que no saben que están infectados pero pueden infectar a cualquier otro que sí manifestará síntomas severos. Es por eso que el aislamiento, incluso mucho más severo que el que se ha tomado en este país, es la mejor medida contra la propagación de al enfermedad.

Por otro lado, como el número de infectados aumenta dada día, como se pueden ver en los datos diarios del Ministerio, las UCIs de los hospitales están saturadas y no pueden ya admitir más pacientes; esta saturación llevará a tomar las medidas mas drásticas como son la limitación de la edad para entrar en la UCI; ya se habla que puede llegar hasta los 60 años. Esta situación se traduce en un aumento de la mortalidad no porque se tengan que morir los pacientes, si no porque no hay medios disponibles para atender a todos.

¿Qué tiene que ver la melatonina en esta enfermedad? Nosotros tenemos mucha experiencia en el uso de melatonina en modelos animales de enfermedad. Entre ellos, hemos comprobado que la melatonina contrarresta el daño oxidativo y las complicaciones respiratorias de la edad, lo que mejora la función respiratoria (cita 1). Por otro lado, la melatonina contrarresta la exagerada respuesta inflamatoria de las sepsis, una inflamación generalizada que es la causa primera de muerte en las UCIs de cualquier hospital del mundo (cita 2cita 3). Incluso hemos hecho un ensayo clínico en pacientes de sepsis comprobando que su eficacia en modelos animales es igual que en la clínica humana: redujo la mortalidad de un 25% a cero en estos pacientes, así como redujo también la estancia hospitalaria en un 43%.

Esta elevada eficacia de la melatonina se debe a sus efectos antioxidantes, antiinflamatorios, y de protección mitocondrial, posibilitando a la célula que aumente su capacidad defensiva.

Y en efecto, estas propiedades son de aplicación en la enfermedad COVID-19. Este virus se une a su receptor, ACE2 (enzima convertidor de angiotensina II), que se expresa preferentemente en las células epiteliales del alvéolo pulmonar. El ACE2 se encarga, en condiciones normales, de promover la defensa del pulmón activando respuestas antiatróficas, antifibróticas, antioxidantes y antiinflamatorias. El virus deshabilita dichas funciones posibilitando su penetración en la célula y causando los síntomas respiratorios de COVID-19. Pero, además, al deshabilitar ACE2 se activa AT1R (receptor tipo 1 de angiotensina 2), el cual promueve respuestas proatróficas, profibróticas, prooxidantes y proinflamatorias, favoreciendo aún más el daño tisular. 

En esta línea de infección, una vez a frenada la defensa pulmonar, se activan las catepsinas, unas proteínas con actividad proteolítica, que favorece la formación de endosomas y la entrada a la célula del virus. Por último, el receptor ACE2 se encuentra también en el epitelio intestinal, lo que sugiere que el virus podría entrar también por esta vía.

Las propiedades antioxidantes, antiinflamatorias e inhibidoras de las catepsinas que tiene la melatonina la hacen un medicamento de elección para su uso frente al COVID-19. Estos efectos antivirales, demostrados en animales de experimentación en otras infecciones virales, hacen que sea necesaria su aplicación frente a COVID-19. Además, un estudio muy reciente mediante análisis de moléculas que pueden interaccionar con  el virus SARS-CoV2, ha demostrado que la melatonina es una de ellas que debe ser probada por su potencial antivírico (cita 4).

En definitiva tenemos una molécula, la melatonina, y una formulación inyectable de la misma útil para su aplicación endovenosa en pacientes, con un potencial antívirico frente a COVID-19 muy elevado, que desde aquí proponemos que debe ser ensayada cuanto antes.