Últimamente se ha visto en diversos medios de comunicación una noticia muy llamativa según la cual la melatonina se podría usar para perder peso y quitarnos esa grasa de más que tanto molesta. Ante la multitud de consultas recibidas, respondo aquí a esta cuestión.
La noticia viene de unos resultados realizados por un equipo de investigación (no somos nosotros) que publicó que, en la rata obesa, el tratamiento con melatonina reducía la grasa blanca porque la convertía parcialmente en grasa parda. La grasa parda es la que sufre un proceso llamado termogénico, por el cual consume los ácidos grasos para producir calor.
La melatonina tiene ese efecto, pero en animales inferiores y, sobre todo, en animales que hibernan, ya que de esa manera, junto con las hormonas tiroideas, el animal puede generar calor a base de consumir su propia grasa sin tener que alimentarse.
Pero esa propiedad de la melatonina, como muchas otras presentes en animales inferiores, no está presente en el ser humano, al menos de manera significativa. Por ese motivo, tomemos la melatonina que tomemos, no vamos a adelgazar.
Aprovecho la ocasión para decir que la única alternativa a perder peso, cuando se trata de una obesidad no mórbida, es adecuar nuestra alimentación a nuestro consumo, de manera que con un ejercicio equilibrado, quememos más calorías de las que ingerimos con la alimentación. No hay métodos ni dietas milagrosas, y si no actuamos dentro de la salud, lo pagaremos a corto o medio plazo.
Alimentación variada, como dicen en Harvard, cuantos más colores naturales tenga un plato, más sano es. No a los alimentos procesados e ir más al mercado a comprar productos naturales que nosotros cocinamos y así sabemos lo que comemos. Ah, y ejercicio moderado, y no está de más un vaso de buen vino al día.