El envejecimiento es la expresión de la experiencia, la sabiduría y el conocimiento. Pero también a veces, podemos decir muchas más veces de las deseadas, tiene su lado negativo, cuando al envejecer perdemos capacidades físicas y cognitivas que nos impiden disfrutar de la vida.
Por tanto, no se trata de curar el envejecimiento; no tiene sentido regresar a los 30 años cuando tenemos 70 años; ese volver a empezar nos borra todas nuestras vivencias y capacidades adquiridas. Se trata de reducir los problemas asociados al envejecimiento, manteniendo una calidad de vida satisfactoria mientras seguimos cumpliendo años.
Pero desde hace un tiempo se están escuchando en foros, prensa, radio y TV, una serie de opiniones que poco tienen que ver con la realidad científica, indicando que dentro de 30-40 años vamos a dejar de envejecer, viviremos hasta los 150 años, que seremos inmortales, que se curarán todas las enfermedades, etc. Incluso hace poco una persona que engaña totalmente con un currículum inventado, nos decía que en 20 años envejecer será una opción, y que la inmortalidad está a la vuelta de la esquina. Es un tema recurrente que usan muchos pseudocientíficos con intereses económicos detrás que, a través de clínicas, laboratorios de análisis genéticos, etc., nos cobran por hacer unos estudios absolutamente inservibles.
Seamos realistas. Los que trabajamos en envejecimiento sabemos lo poco que todavía conocemos sobre los mecanismos que nos llevan a envejecer, y mucho menos sobre las enfermedades asociadas al mismo, como enfermedades neurodegenerativas, cáncer, alteraciones cardiovasculares y metabólicas, etc. El mayor porcentaje de la población muere por problemas cardiovasculares, seguido de cáncer. No sabemos curar la mayoría de ellas, y menos el cáncer, Parkinson, Alzheimer, entre otras. ¿Cómo pensar siquiera que en 20 años tenemos controladas todas estas patologías? ni en 50 y posiblemente ni en 100 años, aunque se avanza en el conocimiento científico para luchar contra ellas.
Pero fundamentalmente, lo que tratamos es vivir con mejor calidad de vida mientras cumplimos años. Para conseguirlo trabajamos muchos científicos explorando vías nuevas que permitan identificar nuevas dianas terapéuticas y diseñar nuevos fármacos que nos den mejores oportunidades para envejecer.
Mientras tanto, debemos pensar que el cómo envejecemos depende mucho de cada uno. Una vida saludable desde pequeño, botellones fuera, un buen ritmo sueño/vigilia para descansar las 7-9 horas diarias que necesitamos, dieta saludable, variada, y no tanto la pirámide nutricional como el plato nutricional que se muestra abajo, mucho más realista y fácil de llevar, una copa de buen vino y la mínima o nula cantidad posible de alcohol destilado, nada de tabaco ni otras drogas, ejercicio físico moderado y cultivar el intelecto que, como ya decía Cajal hace más de 100 años, las neuronas se ejercitan con la actividad intelectual igual que el músculo con la actividad física. Dejemos la televisión y leamos un libro, vayamos a un concierto o una buena película.

De esas actividades depende probablemente más del 65% de lo que seremos conforme cumplimos años. No nos olvidemos que en el caso del Parkinson y Alzheimer, por poner dos enfermedades cada vez más prevalentes, sólo el 8% dependen de mutaciones genéticas hereditarias; el resto es de causa desconocida, aunque diversos factores incluyendo contaminantes ambientales, conservantes, y hacer todo lo contrario a las normas saludables arriba indicadas, tienen una parte importante de la culpa. Por eso, ¿qué sentido tiene hacerse una análisis genético, con lo que cuesta, para saber si voy a padecer Parkinson o Alzhemier, si no hay rastro familiar de esas enfermedades? Simplemente nos quieren convencer de que así podemos prevenir esas patologías. Pero mientras no las padezcamos, ¡no se va a encontrar ninguna mutación! Es la nueva forma de hacernos gastar el dinero para enriquecerse costa de jugar con nuestra salud.
Y para terminar, ¿qué haríamos si fuéramos inmortales o si vivimos 150-200 años? Aumentaría tanto la población que no habría otra disculpa mejor para matarnos entre nosotros buscando recursos vitales.
No, afortunadamente envejecemos, pero intentamos que sea lo mejor posible.