Las situaciones experimentales y clínicas que se han utilizado como modelos para evaluar la capacidad cronobiótica, antioxidante y antiinflamatoria de la melatonina y que se han resumido en esta revisión, tienen tres características principales: 1) alta producción de radicales libres (ROS y RNS) que se acompaña de reacción inflamatoria; 2) patología mitocondrial como consecuencia del daño oxidativo/nitrosativo, y 3) efectos beneficiosos de la melatonina.
Figura 31: Esquema representando las funciones de la melatonina pineal y extrapineal como regulador de los ritmos biológicos y modulador endógeno celular o protector celular.
Dos son las principales conclusiones que se pueden sacar de estos datos: 1) la administración continua de melatonina a lo largo del tiempo mantiene a raya los radicales libres y el proceso inflamatorio, evitando el aumento de ROS y RNS que se produce con el envejecimiento; 2) la melatonina, por su actividad antioxidante, antiinflamatoria, y antiexcitotóxica, es capaz de reducir y/o frenar los procesos neurodegenerativos que acompañan al envejecimiento, y 3) la melatonina mantiene e incluso mejora la capacidad mitocondrial de generar ATP, lo que convierte a esta molécula es la reguladora por excelencia de la homeostasis mitocondrial.
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